Nuestra misión es proclamar la obra de redención lograda a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz, siendo agentes de reconciliación entre Dios y el hombre.
Nos esforzamos por vivir en congruencia con el evangelio, aceptando y sometiéndonos a Dios como Creador soberano y dueño de todo, a quien debemos devoción absoluta, obediencia y adoración.
Reconocemos nuestra condición pecaminosa y la necesidad de la salvación por gracia solamente, a través de la fe solamente en Cristo solamente.
Nuestra misión implica vivir una fe salvadora que se acompaña de arrepentimiento genuino y una decisión consciente de dejar el pecado para seguir a Cristo en obediencia.
Buscamos fortalecer a los creyentes y guiarlos a toda verdad mediante el poder y la dirección del Espíritu Santo, cumpliendo así el propósito para el cual hemos sido llamados y preservados.
Nuestra visión es ser una manifestación vibrante y santa del cuerpo de Cristo en la tierra, reflejando la gloria de Dios y haciendo notoria su multiforme sabiduría a principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.
Anhelamos crecer en unidad y madurez en la fe, equipados por el Espíritu Santo con dones para la edificación mutua y la obra del ministerio.
Buscamos vivir vidas que honren a nuestro único Dios verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo, reconociendo la autoridad suprema de Cristo en todas las cosas.
Nos proyectamos como una comunidad de creyentes activamente comprometidos en la vida local de la iglesia, esperando el glorioso retorno de nuestro Señor Jesucristo y viviendo con la esperanza bienaventurada de la vida eterna para los justos.